Juicios u opinión: coaching personal

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Juicios u opinión: coaching personal

¿Conoces la diferencia que existe entre las dos siguientes frases? “Ayer el día estaba muy soleado”, “Ayer hizo un día horroroso”. En el primer caso hablamos de un hecho objetivo, posible de contrastar y en el segundo estamos emitiendo un juicio de valor. Los juicios son un tema muy frecuente en el proceso del coaching personal sobre el cual vamos a extendernos en el post de hoy.

Otros ejemplos de juicios infundados son: “esta persona no es transparente” o ”los ingleses son cerrados”. Estas y otras afirmaciones son juicios de valor que continuamente decimos sin percatarnos de la información que otorgamos al receptor de nuestro mensaje. Cuando emitimos un juicio creamos una nueva realidad que sólo existe en el lenguaje, no son datos objetivos ni universales. No tienen fundamento más que nuestra propia experiencia y no somos conscientes de que la gente no ha vivido nuestra misma experiencia. De hecho, esperamos que la persona con la que estamos dialogando lo vea igual que nosotros. Esta situación pasa en nuestra rutina diaria, en el trabajo y en la forma en la que percibimos nuestro alrededor.

“Toda idea es dicha por alguien, que al emitirla revela quien es”

Nietzche

Un juicio, y no una opinión, es un espejo de nuestros valores, moral y ética. Una parte del cerebro se encarga de nuestra relación con el exterior y nuestro círculo, así lo interpretamos y lo juzgamos. Nos identificarnos con el pensamiento que verbalizamos, poniendo etiquetas, hablando de lo que nos gusta o no nos gusta. Por ello, el trabajo del coaching personal es analizar e identificar los juicios de los clientes. Y para su crecimiento, ayudarles a diferenciar entre afirmaciones o juicios fundados.

Veamos un ejemplo: una persona intolerante e inflexible, no acepta otros puntos de vista, e intentará imponer sus propios juicios. Cerrando las puertas del cambio, quedándose en una zona de confort donde no avanzará ni aprenderá cosas nuevas.

¿Cómo dejar de emitir juicios y ser más tolerante? Lo ideal, es empezar a pensar desde nuestra opinión, así como intervenir en un diálogo diciendo “en mi opinión”, “yo lo veo así” “mi punto de vistas es” y dejar que la otra persona exprese la suya. Para así llegar a un entendimiento y quizás también a un cambio de opinión, dado que con esta postura estamos abiertos a escuchar y conocer nuevos puntos de vista.

Con la herramienta del coaching personal empezamos a trabajar otras formas más suaves de exponer nuestras opiniones, por ejemplo: “si me permites te expongo mi opinión”o “te cuento como lo veo yo”. Así creamos lazos de colaboración, eliminando el factor emocional de la conversación. De esta manera, una persona tolerante, que impone sus juicios, verá cómo el desapego a esos sentimientos le permite conversar menos acaloradamente, y más tranquilo a la hora de opinar.

Así, el coaching personal no ayuda a opinar para colaborar con la finalidad de dejar de juzgar y aumentar nuestra capacidad de desarrollo dentro de nuestros círculos. En las sesiones de coaching trabajamos para identificar los juicios y cambiarlos por otras opiniones que impliquen esperanza en el futuro, sensación de capacidad, responsabilidad, sentido de la valía, pertenencia y motivación.